No dejes que nada te detenga en la búsqueda y en el logro de tus sueños. El miedo y la duda están destinados para ser vencidos, Dios no te creo a ti con ellos, son adquiridos, por lo cual tú puedes renunciar a ellos, en cualquier momento.
Aunque el viaje sea largo, no te rindas, intensifica tu esfuerzo.
El dolor es un verbo más, que se conjuga en elser humano, pero que debe ser asumido en paz, enfrentado como un reto o como un peldaño, que al superarlo, te hace fuerte, te enseña a valorar lo que tienes, te asemeja a Aquel que por amor, su vida entregó e hizo del dolor, «Redención».
El dolor no deforma, “transforma”, es una gran verdad y eso lo sustentan, quienes al sufrir, sienten que han crecido y se han fortalecido aún más. Aquello que alguna vez te hace sufrir, al superarlo, te hará feliz de verdad; te enseñará a ver la vida con nuevos ojos, y podrás experimentar en tu corazón una gran paz, que se hará presente en cualquier momento que vivas, ya sea al reír o al llorar.