El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? Romanos 8:32
Literalmente dejarlas en la cruz. La próxima vez que estés preocupado por tu salud, por tu familia o tus finanzas, emprende un viaje mental al cerro. Pasa allí unos momentos mirando de nuevo las cosas relacionadas con la pasión.
Pasa tu dedo por el filo de la lanza. Balancea un clavo en la palma de tu mano. Lee el letrero que pusieron sobre su cabeza. Y mientras haces esto, toca el suelo sucio, manchado con la sangre de Dios.
Sangre que derramó por ti. La lanza que le clavaron por ti. Los clavos cuyo dolor sintió por ti. El letrero que dejó allí por ti. Todo esto lo hizo por ti.
Sabiendo esto, sabiendo todo lo que hizo por ti allí, ¿todavía piensas que no tendrá cuidado de ti aquí y ahora?
Gracia para todo momento
Max Lucado